Lo que toda empresa debe saber para proteger su carga con inteligencia
En logística, seguridad no es solo un candado o una alarma: es prevenir. Y en esa prevención, los precintos de seguridad plásticos juegan un rol clave como primera línea de control contra manipulaciones, robos o accesos no autorizados.
Sin embargo, aún hay mitos que generan desconfianza o decisiones equivocadas. Hoy los desmontamos uno a uno, para ayudarte a elegir con conocimiento.
Mito 1: “Cualquiera puede cortar un precinto de plástico con tijeras”
Realidad: Existen niveles de resistencia según el tipo de precinto. Los más ligeros cumplen una función indicativa, pueden y deben ser retirados con la mano como en los casos de uso en extintores, botiquines o en lugares de uso donde no está permitido el uso de tijeras o cuchillas, pero también existen precintos de seguridad plásticos que no pueden ser retirados con las manos y se necesita una herramienta de mano para hacerlo, su diseño garantiza que cualquier intento de corte deje evidencia clara.
En FLINK ofrecemos una línea completa de precintos plásticos de seguridad, con materiales certificados y sistemas de trazabilidad grabados por láser.
Mito 2: “Se puede volver a cerrar un precinto con goma”
Realidad: Los precintos de seguridad están hechos para romperse y dejar clara evidencia al intentar ser abiertos. No pueden reutilizarse. La composición y diseño de los precintos no permite usar adhesivos y que el precinto quede visual y en condiciones de uso y verificación igual. Además, el uso de numeración única, códigos QR o de barras impide suplantarlos sin dejar rastro. Si falta el precinto original o aparece uno diferente, hay evidencia inmediata de posible fraude.
Mito 3: “Las aduanas solo aceptan precintos metálicos”
Realidad: Para tránsito internacional, lo que se exige son precintos tipo H (alta seguridad), que pueden ser de metal o de plástico reforzado con inserto metálico. Si cumplen la norma ISO 17712 2013 H , son válidos. Muchos importadores y exportadores usan hoy precintos plásticos con metal certificados porque combinan seguridad, trazabilidad y menor impacto ambiental.
Mito 4: “El plástico no se recicla”
Realidad: La mayoría de precintos plásticos están hechos con polipropileno o polietileno de alta densidad, materiales reciclables. Además, algunos fabricantes –como Mega Fortris, representado por FLINK en Perú– incorporan aditivos biodegradables como Biosphere que aceleran su descomposición bajo ciertas condiciones, reduciendo la huella ambiental del transporte.
Mito 5: “Elijo el color que me guste”
Realidad: Los colores no son solo estéticos: son parte de la gestión visual de seguridad. Se usan para codificar rutas, niveles de riesgo o estados de control. Por ejemplo:
- Rojo: embarques internacionales
- Verde: unidades retornables
- Azul: rutas de alto riesgo
FLINK ofrece una gama de colores claros que maximizan la visibilidad del grabado láser y agilizan inspecciones.
Mito 6: “Con un solo precinto en la puerta basta”
Realidad: Hoy, los puntos débiles de los contenedores o furgones son conocidos por los delincuentes: bisagras, techos, uniones o puertas laterales. Por eso, la protección real se basa en capas de seguridad: precintos principales, precintos secundarios, etiquetas VOID, cerraduras y rastreo GPS. Cuanto más completa la solución, mayor el disuasivo.