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Mitos y realidades sobre el papel

Hace años que circulan bulos y malentendidos acerca del papel que es necesario aclarar. La información veraz y rigurosa debe llegar a todo el mundo.

Desde hace tiempo vienen circulando algunos mitos sobre el papel, el origen de la materia prima, y su proceso de fabricación, que han acabado por instalarse en el imaginario de la sociedad y no se corresponden en absoluto con la realidad del papel en estos momentos.

Desde el mito de la deforestación que provoca la industria del papel, pasando por las leyendas urbanas acerca de la insostenibilidad de la tecnología de la fabricación del papel, y hasta la profecía de la próxima desaparición del papel, todas estas falsedades y/o verdades a medias suponen desinformación, desprestigio y ninguna correspondencia con la realidad.

Vamos a revisar los más frecuentes entre estos bulos, y a desmontarlos con datos y realidades. Porque la información veraz y precisa debe ser accesible al consumidor y es necesario disipar informaciones falsas. 

Principales rumores, frente a
datos y realidades sobre el papel

La fabricación de papel destruye bosques y provoca deforestación

Esta afirmación supone que para la fabricación de papel se destruyen bosques, y carece de realidad. Lo cierto es que cuanto más papel se utiliza, más árboles necesitaremos. Las empresas forestales cultivan plantaciones que se están regenerando y replantando continuamente y que, de otro modo, no existirían. Estas plantaciones forestales se realizan fundamentalmente en terrenos que están baldíos, debido al abandono de las tareas agrícolas.

Las plantaciones forestales en el mundo representan un 3% de la superficie forestal mundial y la proporción más alta de plantación forestal se encuentra en América del Sur que, además, ostenta el mayor porcentaje de bosques en áreas protegidas, un 31%.

La superficie forestal sometida a certificación de gestión forestal sostenible está aumentando rápidamente en todo el mundo. Esto garantiza que la madera empleada como materia prima por el sector papelero procede de plantaciones locales y, en un porcentaje creciente, es madera proveniente de bosques gestionados de forma responsable y sostenible (FSC y/o PEFC).

Todos los datos indican que, gracias a las plantaciones para papel, la superficie arbolada aumenta.

El proceso de fabricación de papel es contaminante e insostenible

Entre las teorías detractoras del papel, suele oírse que la tecnología de fabricación del papel contamina y despilfarra agua y energía. En realidad, la industria papelera está siendo modelo en eficiencia energética y en el uso de agua. La industria está utilizando energía asequible y no contaminante y produce la energía eléctrica necesaria para el proceso de fabricación en plantas de cogeneración de energía de alta eficiencia: ahorran energía primaria y reducen emisiones. Además, en el proceso papelero sólo entre un 5% y un 10% del agua empleada se consume: el resto se devuelve depurada.

El 79% de los residuos del proceso de fabricación del papel se valorizan, ya sea en la propia fábrica, en usos agrícolas y sobre suelos, compostaje o como materia prima de otras industrias.

La industria circular del papel resulta un sector clave en la nueva bioeconomía, descarbonizada y basada en el uso eficiente de recursos renovables y reciclables, para la fabricación de productos naturales de gran valor añadido bajos en carbono.

Lo cierto es que el sector papelero es intensivo en inversión y está a la vanguardia de la innovación tecnológica.

El papel es un producto en desaparición

Desde hace años se vienen oyendo pronósticos y predicciones que anuncian la desaparición del papel, pero lo cierto es que, ahora mismo, el papel está sustituyendo a otros materiales por su sostenibilidad y versatilidad.

El papel tiene mejores indicadores medioambientales en emisiones y reciclaje que las tecnologías digitales, y los consumidores son cada vez más conscientes de las altas emisiones y bajo reciclaje de estas últimas. El papel, renovable y biodegradable, tiene una mejor sostenibilidad ambiental, y esto lo percibe el consumidor. Los más altos porcentajes de libros leídos lo fueron en papel y los porcentajes de personas que leen libros en papel crecen en todo el mundo en los últimos años. Las personas prefieren el papel por el placer añadido que proporciona un libro impreso, el tacto de las hojas y su aroma, por guardarlos, regalarlos, y por razones estéticas y sentimentales.

En el mundo docente, tanto estudiantes, como padres y madres y profesorado son muy conscientes de que el papel es fundamental. El papel en libros de texto, cuadernos y libretas no sólo mantiene su importancia en el día a día de las aulas, sino que su uso está creciendo a nivel mundial. Los estudios muestran que las habilidades en escritura manual y lectura en papel mejoran la comprensión de los textos y los rendimientos académicos.

El papel y el cartón mediante sus nuevas aplicaciones en muchos ámbitos, y, en especial, en envase y embalaje, sustituyen ahora mismo a otros materiales menos sostenibles en numerosas aplicaciones, con nuevos desarrollos y productos papeleros que el sector aporta al mercado, como solución a las necesidades de los consumidores responsables

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